viernes, 8 de junio de 2012

A todas las Amas de Casa


Este cuento o relato viene a expresar mi más profunda admiración para todas las mujeres, especialmente a las de este centro porque su esfuerzo y tesón han hecho que se dignifique el trabajo de AMA de CASA.
Aquí no existe la retribución por el trabajo bien hecho, solo existe la recompensa del deber cumplido, aquí no hay jubilación, siempre exitosa un trabajo para ellos, en donde su amor no tiene límite ni fronteras.
Como la mayoría de vosotras, las tareas de casa empezaron hace  mucho tiempo.
Recuerdo decirle mi madre a mi hermana:- Niña levante pronto que hay que vestir a los niños y llevarlos al colegio.
Aun siento el agua tan fría de aquel viejo caserón  donde todos vivíamos; teniendo que ir a un patio al retrete común.
Me imagino que muchos de vosotras habéis vivido esta situación y que con el paso del tiempo termináis comprendiendo.
Generalizo porque creo que muchas de vuestras vivencias fueron así.
Cambiaste de casa, colaboraste en su limpieza fuisteis creciendo, aunque no todas pudisteis trabajar remuneradamente.  Los tiempos han ido cambiando y los trabajos del hogar resultan menos molestos, pero que nos os quiten (lo fregaos de rodillas y con agua fría) y muchas otras tareas. Os casasteis y tuvisteis hijos (siguiendo al pie del cañón) cuidando del marido y de ellos, luego se fueron marchando y hoy en día sigues realizando las tareas de tu casa, como si fuera el primer día por eso mi más profunda admiración y respeto donde su trabajo y dedicación al hogar elevan este a su máxima categoría ¿Que trabajo es? El de AMA de CASA.-


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